viernes, 26 de octubre de 2007

El arte como compromiso


Creer en el arte como modo de mera autoexpresión es quizás una visión parcial: el valor, el sentido vivo de la obra se revela en el vínculo entre artista- receptor a partir de la obra. Pensada así, esta adquiere significaciones que trascienden el lienzo y al propio artista.

Ser artista implica en mi vida un compromiso concreto y personal con el arte como eso “inevitable” que me configura. Aún cuando entiendo que cada obra tiene su génesis en mí y en lo que soy no puedo concebirla sin el “otro”, sin ese otro que me hace consciente de mi propio arte.

Creer y hacer son verbos vitales: no se trata de descuidar la estética (entendida como lo visualmente percibible) sino justamente sobrevolar esta definición tradicional para pensarla trascendiendo aquello que yo, como artista, pueda proponer.
Es decir, pensar al receptor asumiendo el espacio de interpretación y reflexión que desde mis obras intento abrir y entregar.
Creer supone un compromiso inicial conmigo mismo como artista (que se traduce en la sinceridad que en el proceso creativo fundamenta cada obra) y con el otro como destinatario de cada “gesto”.
Y hacer: : concibo mi obra como un “work in progress”, como un proceso en permanente construcción, en alianza con el público, en un feedback que enriqueciéndonos mutuamente me confirma que verdaderamente existe algo más detrás de cada forma.
En esa trascendencia que la obra adquiere fuera de mí, es que visualizo la posibilidad de generar espacios de conexión y compromiso a partir de lo artístico.

No hay comentarios: